Lo que le diferencia a Lola Botona de su competencia es que este...
Se realizan todo tipo de arreglos, transformaciones y reciclaje...
Las franquicias de arreglos de ropa, no requieren grandes inversiones, suelen estar ubicadas en centros comerciales como un servicio extra más que ofrece el mismo, y suele emplear a mujeres de mediana edad con obligada experiencia en todo tipo de arreglos y costuras de ropa.
Y es que, en los tiempos que vivimos, no tenemos tiempo de aprender a arreglar los bajos del nuevo pantalón que hemos comprado, arreglar las mangas de una chaqueta que nos viene larga o entrar una camisa que nos han dado y que queremos aprovechar. No tenemos ganas ni tiempo de molestar a nuestras madres y abuelas, las auténticas maestras en el arte del costureo y los arreglos de ropa, y es por ello que estas franquicias de arreglos de ropa se han posicionado tan bien por todo el país gracias, sin duda, a unos precios competitivos y unos plazos de entrega bastante asequibles. Reconvertir nuestra ropa ha sido todo un acierto, y la falta de personal para contratar en estas franquicias por parte de los franquiciados también está a la orden del día, el trabajo se les acumula.
Y es que el público de estas tiendas es también muy variado, desde familias que no pueden gastar dinero en ropa nueva y prefieren recurrir al arreglo, las madres de familia que deciden –dadas las circunstancias- que sus hijos hereden la ropa de los hermanos y gente de clase alta que ha decidido frenar el consumo y arreglar vestidos y otro tipo de ropa que, posiblemente, se vuelve a llevar.
Estas franquicias también han llegado al mundo del calzado. Antes que comprar un nuevo par de zapatos o zapatillas, mejor arreglarlos y ahorrarnos el precio de unos nuevos, lo que ha supuesto el resurgir de la figura del zapatero aunque sea franquiciado.
Esta es un ejemplo de franquicia, con cada vez más competencia pero también cada vez más recurrente por parte del público.
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